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Los doce sentidos de la Antroposofía

Los doce sentidos de la Antroposofía

Una de las aportaciones de la antroposofía radica en ampliar a doce, los sentidos de los que dispone el ser humano, aunque, habitualmente, se habla sólo de los cinco sentidos tacto, olfato, gusto, vista y oído. En el orden en que se desarrollan a lo largo de la vida, los doce sentidos son los siguientes: SENTIDO DEL TACTO Es el primer sentido que, desde el nacimiento, se desarrolla en la vida del ser humano. Desde el punto de vista de la antroposofía, a través del tacto se producen modificaciones en nosotros mediante el objeto con el que entramos en contacto. SENTIDO VITAL El sentido vital nos informa de cómo se encuentra nuestro organismo, su estado de salud, etc. SENTIDO DEL MOVIMIENTO El sentido del movimiento nos informa de los movimientos de nuestro propio cuerpo. SENTIDO DEL EQUILIBRIO El sentido del equilibrio nos aporta la percepción de nuestro cuerpo en el espacio. LOS CLÁSICOS SENTIDOS DE VISTA, GUSTO Y OLFATO Los sentidos de la vista, el gusto y el olfato son aquellos que nos informan del mundo que nos rodea. A ellos, sin embargo, Steiner añade uno más: el sentido del calor. SENTIDO DEL CALOR El sentido del calor es aquél por el cuál se percibe la temperatura. Dicho sentido se separa del tacto. SENTIDO DEL SONIDO La antroposofía divide el sentido del oído en dos. Así, se habla, por un lado, del sentido del sonido, que sirve para oír los sonido no producidos por la voz humana, y, por otro lado, del sentido de la palabra ajena. SENTIDO DE LA PALABRA AJENA El sentido de la palabra ajena nos permite escuchar lo que otra persona está diciendo y nos ayuda a evaluar. SENTIDO DEL PENSAR AJENO El sentido del pensamiento ajeno constituye una prolongación del sentido anterior de la palabra ajena, y que, a su vez, culmina en el sentido del Yo ajeno. SENTIDO DEL YO AJENO El sentido del Yo ajeno, por último, nos permite percibir al otro en toda su integridad.

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